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jueves, 19 de febrero de 2015

La "Nueva Luz" del Feminismo en Gálatas 3:28 (parte 1)



[Este artículo es una traducción del original en inglés, escrito por el Hno. Samuel Koranteng-Pipim, Doctor en Teología, Director del Campo Publico Misionero en la Conferencia Michigan, Autor de los libros; “¿Debemos guardar el silencio?” y “Recibiendo la Palabra” -en inglés. Lo que aparece entre corchetes [ ] son las aclaraciones personales del traductor.
         En este artículo, dado su carácter específico, el traductor a utilizado el signo @ para reemplazar las letras o/a, al referirse a los dos géneros (masculino-femenino) a la vez (como en ingles) – en lugar de las/los, estos/estas, se ha usado, l@s, est@s, es@s, ell@s, etc]


¿Qué tipo de igualdad enseña la Biblia? Parte 1

         Ordenar mujeres como ancianos o pastores es la “nueva luz” que la Iglesia Adventista Séptimo Día está instada a abrazar. Crucial en promover estos nuevos roles de liderazgo femenino, es un equivocado concepto de igualdad de la mano de los movimientos feministas.
         Aunque muchos no son conscientes de ello, la ideología más poderosa en dirigir la campaña para la ordenación de las mujeres es, el feminismo. Esta ideología es muy seductora, ya que tiene sus raíces en el pensamiento dominante de igualitarismo, que sostiene que la plena igualdad entre hombres y mujeres puede lograrse mediante la eliminación de las diferencias de género entre los hombres y las mujeres, en el hogar y en la Iglesia.
         L@s defensores de la ordenación de mujeres que han abrazado la mentalidad del feminismo, a menudo citan la declaración del apóstol Pablo en Gálatas 3:28, como texto clave para justificar su afirmación de que la Biblia enseña la plena igualdad entre hombres y mujeres:
         “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”  

         En este artículo, voy a exponer brevemente el feminismo, mostrando cómo su creencia en "plena igualdad" repercute negativamente en algunas de las enseñanzas fundamentales de la Biblia.
         También voy a examinar el concepto de igualdad, con el argumento de que las declaraciones no calificadas sobre la igualdad del hombre y la mujer son peligrosamente imprecisas, lo que podría inducir a error, y distorsionar gravemente la declaración del apóstol  Pablo en Gálatas 3:28.
         A continuación, voy a echar un vistazo a una declaración de los escritos de Ellen White que demuestra que los defensores de la ordenación de mujeres, a menudo malinterpretan para justificar la visión sobre la igualdad, del feminismo.
         Voy a concluir presentando, por qué la dogma principal de plena igualdad del feminismo, plantea un desafío directo a nuestra fe Bíblica.


La ideología Feminista

         El “movimiento feminista” o el “movimiento de las mujeres libres”, es una cruzada por la libertad, la igualdad y la justicia. Aunque los creyentes en la Biblia, tienen buenas razones para distanciarse de la ideología feminista, ellos comparten las preocupaciones legítimas del movimiento respecto a cualquier forma de injusticia, deslealtad y discriminación.
         Las bases del movimiento feminista son cuestiones relativas a la mujer insatisfecha y herida. Las mujeres han sido con demasiada frecuencia tratadas injustamente y consideradas ciudadanos de segunda clase en el mundo. Han sido heridas en la casa también, donde han tenido que vivir bajo un inadecuado liderazgo masculino. Muchas están experimentando frustración en el matrimonio, ya que sufren por parte de maridos abusivos, negligentes y dominantes. Cuando intentan desafiar las injusticias, muchas mujeres sienten que la sociedad está del lado de los hombres que han abusado de ellas.

         Aunque no es una feminista, o una creyente en la ordenación de las mujeres, una mujer Cristiana y conocida autora, ha percibido acertadamente las experiencias de muchas mujeres heridas:
         Yo soy una mujer. He experimentado el desprecio y la superioridad arrogante con que los hombres, a veces, me trataron. He escuchado insultos en contra de mis capacidades, mi inteligencia y mi cuerpo. He ardido de ira, al tener que limpiar la sangre, en la cara de una mujer maltratada. He llorado con mujeres que han sido duramente, brutalmente violadas - violadas en la esencia misma de su ser. He enfermado por culpa del pervertido abuso sexual contra niñas. He boicoteado tiendas que venden imágenes pornográficas de mujeres. He desafiado hombres que con sarcasmo degradan a las mujeres con su "humor masculino". Y he salido de los servicios de cultos, en iglesias donde los pastores, descuidadamente, difaman a lo que Dios ha llamado santo. A menudo soy herida y enojada por sexistas, sí, SEXISTAS, a los cuales actos demandan la ley civil. Y me duele profundamente la distorsión de la relación, que Dios creó tan armoniosa y buena. Como mujer, siento la batalla; siento el pecado. El feminismo identifica problemas reales que exigen respuestas reales. Mary A. Kassian, The Feminist Gospel: The Movement to Unite Feminism With the Church [El Evangelio Feminista: El Movimiento para Unir el Feminismo con la Iglesia].

         En efecto, el feminismo identifica estos asuntos legítimos de dolor de las mujeres y el trato injusto. Pero al tratar de resolverlos, l@s feministas recurren a soluciones inadecuadas y anti-bíblicas. Los siguientes, son algunos de los aspectos preocupantes de la ideología feminista.

         1. La obliteración [anular, borrar] de los roles de género.
         L@s feministas creen que la diferenciación de roles, que Dios estableció en la Creación para gobernar la relación complementaria entre hombre y mujer, hace al hombre superior y la mujer inferior. Creyendo que son privadas de su verdadera y propia dignidad femenina, algunas mujeres buscan la afirmación personal, la plena igualdad y la justicia humana, al tratar de ser como los hombres, o al tratar de rechazar todas las distinciones de funciones, en el hogar y en la Iglesia. Con el fin de estar libres de la supuesta condición de segunda clase como resultado de la diferenciación de roles de género, algun@s feministas radicales han luchado en contra de la institución del matrimonio y la crianza de niños, que creen que las confinan a determinados roles. Otr@s han tomado la cuestión con la religión organizada, en particular el Islam y las religiones Judeo-Cristianas, cuyas enseñanzas de liderazgo o dirigente masculino, son interpretadas en el sentido de que las mujeres son esclavas de los hombres a través de la completa sumisión y obediencia.
        
         2. El lesbianismo.
         Teniendo la idea de que las relaciones sexuales con hombres permiten a los hombres ejercer poder sobre las mujeres, las feministas proponen muchos encuentros sexuales que son totalmente independientes de los hombres. Para algunos, el lesbianismo es una manera en que la mujer puede estar libre del patriarcado, o el liderazgo masculino, con el fin de conocer y experimentar su verdadero ser interior. Una prominente feminista declara:
         El liberalismo feminista (mujeres) y el liberalismo homosexual (hombres), están luchando por un objetivo común: una sociedad libre de definir y categorizar a las personas por razón de género y/o preferencia sexual. "Lesbianismo" es una etiqueta que se utiliza como un arma psíquica para mantener a las mujeres encerradas en su masculinamente-definido, "rol femenino". La esencia de esta función, es que una mujer se define en términos de su relación con los hombres.”

         La cita es atribuida a la conocida feminista Kate Millet y presentada por Mary A. Kassian, en The Feminist Gospel, p. 85.

         3. La Brujería.
         Además del lesbianismo, much@s feministas tampoco ven nada malo en la brujería y en las religiones de la diosa madre, características en la antigua adoración cananea de fertilidad. L@s feministas insisten en que las brujas, son mujeres espirituales, no hechiceras malignas. Apuntan a la quema de brujas en la Edad Oscura, y afirman que fueron quemadas como brujas "por ser mujeres y por poseer un poder de curar que era inaceptable para el sistema masculino (machista)". (“So argues pagan witch” Margot Adler, citada por Mary A. Kassian, en The Feminist Gospel , p. 78)

         Otra escritora feminista, sutilmente, dirige la culpa a la religión monoteísta:
         "Cuando las religiones patriarcales y proféticas (Judaísmo, Cristianismo, Islam) se encontraron con las prácticas de la diosa, del Medio Oriente, intereses poderosos han entrado en conflicto. El control masculino, la autoridad social, y la construcción teológica (de un Dios masculino) fueron todos obligados a ver el Templo de adoración a la diosa como extremadamente peligroso. Desde cuando las religiones patriarcales han ganado la batalla, sus autoridades bíblicas y culturales se convirtieron en la "ortodoxia", y la religión de la fertilidad femenino-orientada, se convirtió en herejía." (Denise Lardner Carmody, Women and World Religions, p. 32. Citada por Mary A. Kassian, en The Feminist Gospel, p. 155).

         4. La Redefinición de Dios.
         Mientras que l@s feministas dentro del Cristianismo no pueden ir tan lejos en su guerra contra el matrimonio y la religión Judeo-Cristiana, y en su esfuerzo de promover el lesbianismo y la brujería, algun@s hacen todo lo posible por redefinir a Dios en el marco del neutralismo en género (no existe ni hombre, ni mujer, sino… el ser humano). Ell@s tratan de deshacerse del supuesto lenguaje ofensivo de la Biblia (es decir, sexista, machista o patriarcal), y reemplazarlo con términos de género globales, para borrar la distinción hombre-mujer.

         En consecuencia, “Son of God” [Hijo de Dios] se convierte en "Child of God” [child en inglés, se usa para definir a los niños de ambos sexos -niño/niña]-“Niñ@s de Dios, “Son of Man” [Hijo del Hombre] se convierte en “Human One” [El Humano],“Heavenly Father” [Padre Celestial] se convierte en "Heavenly Parent” [parent en inglés, es papá y mamá a la vez, sin distinguir el género; es como decir en español, mis padres, hablando de mamá y papá], y el Dios de Abraham, Isaac, y Jacob se transforma en una madre diosa llamada Sofía.

         [Existen muchos artículos religiosos en revistas y diarios americanos e ingleses, y también europeos, que tratan este tema, alertando el Cristianismo contra el peligro de la infiltración de las religiones paganas, a través del feminismo. Pero ¿a quién interesan estas cosas? El Pueblo de Dios tiene hoy otras importantes tareas, que nada tienen que ver con la religión –la más importante es, predicar “paz y amor” sin conocer ni la Paz, ni el Amor de Dios.]

         Una de las formas en que el feminismo de la religión de la diosa se está infiltrando y expandiendo en las principales denominaciones Cristianas, es a través de su intento sistemático de feminizar a Dios. Por ejemplo, en el nuevo libro de culto de la Iglesia Unificada de Canadá (la denominación Protestante mas grande de Canadá), los términos religiosos antiguos han sido cambiados con “fórmulas espirituales frescas”; en los bautismos, ya no es necesario decir, “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, en cambio, ahora se puede bautizar en el nombre del "Creador, Liberador y Sanador" o, en su defecto, “en el nombre de Dios, la fuente de amor”, “en el nombre de Jesucristo el Amor encarnado”, y “en el nombre del Santo Espíritu el poder del amor”.
         En sus primeras 100 páginas del libro hay una sola referencia a Dios como "Padre", y los miembros de la iglesia oran al "Dios Padre y Madre", o más simplemente a la, "Madre Dios".

         Incluso en nuestra propia Iglesia, la IASD, algunos estudiosos están promoviendo el Espíritu Santo como el miembro femenino de la divinidad y en repetidas ocasiones se refieren al Creador como "él/ella". (Steve Daily, Adventism for a New Generation,  [Adventismo Para Una Nueva Generación], pp. 88, 105, 113).

         5. Lenguaje sensible al género.
         Es la misma ideología feminista que subyace en el gran impulso para el lenguaje no sexista, como en diversos servicios de adoración y esfuerzos de cambios en la traducción de la Biblia. Si bien puede haber un lugar legítimo para el lenguaje no sexista, es un error intentar neutralizar el género, el cual Dios separó distintivamente; “Varón y hembra los creó”.
         Un ejemplo de esto ocurrió en la sesión de 1990 en la Conferencia General de Indianápolis, cuando los delegados (quizás sin saberlo) votaron a favor de revisar las declaraciones del Manual de la Iglesia sobre los oficios y funciones de los ancianos de la iglesia a lo largo de líneas de género neutro.

         Otro ejemplo, es la práctica reciente de los responsables del Patrimonio de Ellen White, de revisar algunos de los escritos de la profeta, respecto a frases sensibles al género. Este es el caso de los libros devocionales más recientes y algunos títulos de nueva emisión. Uno puede entender que se hagan cambios menores, para hacer su obra legible y comprensible, pero creamos un problema teológico importante cuando introducimos un lenguaje global (sin género) en sus obras, de tal manera que cuadre con el deseo de cambiar fundamentalmente sus enseñanzas con respecto a las distinciones de roles en el hogar y en la Iglesia.
(Nota del autor: “Los pequeños cambios pueden incluir la reducción de largas frases para su mejor lectura, o sustituir palabras y expresiones que han perdido su validez (o mejor todavía; poniendo las antiguas palabras entre comillas). Estos menores cambios son comprensibles, debido a que no son motivados de ideología feminista. Mas bien, es un sincero intento de alcanzar gente que no es familiar con el inglés del siglo 19. Según he comprendido El Patrimonio EGW no va a cambiar el lenguaje de los títulos familiares cuando estos serán re-editados. Sin embargo cuando se renueva una versión de, por ejemplo, El Ministerio de la Salud, esta recibirá otro nombre (titulo), para no confundirse con el libro original.”

[Nota del traductor: Para tener la visión completa de los escritos proféticos de Ellen White, es aconsejable leer el libro “Conflicto de los Siglos”, en lugar de “Conflicto Cósmico”, o “El Deseado de Todas las Gentes”, en vez de “La vida de Jesús” y siempre que sea posible, en inglés y ediciones antiguas inalteradas. Personalmente no estoy de acuerdo con los títulos en español, ya que no reflejan el impacto original de la obra. Por ejemplo el título “Conflicto Cósmico” hace a muchos pensar en un libro de parapsicología, paranormal, o aventuras espaciales. Cuando trabajaba como Colportor, muchas personas solamente al ver la portada y el título, me cerraron la puerta sin aceptar ninguna aclaración, y muchísimos me dijeron que no están interesados en libros de parapsicología. El titulo correcto de esta gran obra es, “La Gran Controversia, entre Cristo y Sus Ángeles y Satanás y sus ángeles” o simplemente, “La Gran Controversia”, pero en absoluto no, “El Conflicto de los Siglos”, y en absoluto no esa portada mal inspirada. Lo mismo pasa con el majestuoso, “El Deseado de Todas las Épocas” (titulo original), que en español fue cambiado por, “El Deseado de Todas las Gentes”, de modo que uno puede pensar en una novela secular de amor. Vivimos en un mundo muy peligroso… donde cualquier palabra puede tener una importancia eterna.] 

         Sea que se den o no se den cuenta, l@s que enseñan el papel unisex en el hogar o en la iglesia, son impulsad@s ​​por la misma ideología feminista. El ejemplo más reciente de esto, se encuentra en el muy publicitado libro a favor de la ordenación, “Mujeres en el Ministerio”, en el que algunos de los estudiosos de nuestra Iglesia, intentan probar que hubo por lo menos una mujer sacerdote en el Antiguo Testamento y algunas mujeres apóstoles y ministros [pastores], en el Nuevo Testamento.

         El relevante libro de María Kassian, “El Evangelio Feminista: Un Movimiento para Unir el Feminismo con la Iglesia”, también muestra de manera convincente que, además de dar forma a las discusiones contemporáneas sobre los papeles masculinos y femeninos en el hogar y en la Iglesia, la filosofía feminista también se expresa en diversas denominaciones a través de mujeres que forman equipos de trabajo feministas, en los colegios y universidades, a través de cursos de estudios presentados por mujeres feministas, y en los seminarios a través de las teologías de mujeres feministas.

         6. Cuestionando la Autoridad y la Inspiración de la Biblia.
         L@s feministas perciben la Biblia como productor, y también como, producto de opresión femenina. Afirmando que algunas partes de las Escrituras inspiradas, contienen prejuicios contra los derechos y las aspiraciones de las mujeres, ell@s sugieren que hay grados de inspiración en la Biblia -las partes menos inspiradas siendo supuestamente contaminadas con prejuicios masculinos y otros errores.
         Así pues, ell@s consideran que cualquier pasaje de la Escritura que no defiende el principio de plena igualdad, redefinido para significar la ausencia de diferenciación de roles dentro de la asociación complementaria entre hombres y mujeres, es catalogado como sexista y tendencioso, y por lo tanto no inspirado.

         Una autora ha resumido acertadamente el punto de vista de los teólogos feministas:
         “La Biblia fue escrita en una sociedad patriarcal, por gente, en su mayoría hombres, para guardar el sistema (patriarcal) en la cima. Ella [la Biblia] personifica el androcentrismo, es decir, una filosofía centrada en el hombre, y las presuposiciones de aquella sociedad, y legitima el sistema patriarcal, que es de dominio masculino, estructuras sociales que sostenían aquel mundo junto. Su lenguaje [el de la Biblia], es abrumadoramente orientado hacia el hombre, tanto en su referencia a Dios, como en referencia a las personas. En resumen, la Biblia es un libro escrito por hombres, a fin de contar su historia para su propio beneficio. Como tal, enfrenta a hombres y mujeres inspirados por la justicia, con un problema enorme. No es en absoluto cierto que la Biblia puede sobrevivir a este reto, o que puede atraer la lealtad de la gente que milita para justicia y libertad en un mundo postmoderno.” (Sandra M. Schneiders, "Does the Bible Have a Postmodern Message? [¿Tiene la Biblia un Mensaje Posmoderno?]

         Noten que la Biblia, por su contenido machista, no puede atraer la lealtad de l@s que militan para la libertad y justicia.

         En otras palabras, y con mucha sutileza, se nos hace pensar que los que sí, aceptamos la Biblia como siendo la Palabra inspirada por Dios, somos machistas y deseamos un sistema patriarcal en contra de las libertades de l@s demás. Probablemente el lector se da cuenta hacia dónde va “el tren”, (aquel tren sobre el cual escribió la Hna. Ellen White hablando del inicio de la apostasía -Alfa- y su fin -Omega), y cómo no, sobre el cual la Biblia nos advierte que dentro de nada, los Cristianos van a ser acusados que van en contra de la paz mundial con su dogmatismo bíblico machista y terrorista.

        
         6. La reinterpretación de las Escrituras.
         En declarar las distinciones de género como obsoletos, l@s feministas adoptan una actitud que niega la plena inspiración de la Biblia, y que utiliza los métodos más críticos en su interpretación. En consecuencia, l@s intérpretes feministas no sólo escogen y eligen de la Biblia lo que desean, pero también sospechan del texto bíblico, no confiando en él. Usando los dos principios, selectividad y escepticismo, l@s intérpretes feministas insisten en que cuando se acercan a las Escrituras, "nuestra ideología prevalece sobre la ideología de la literatura bíblica." De este modo, la Biblia para ell@s es transformada en un libro de pura literatura religiosa no inspirada. Esta concepción peligrosa está siendo introducida en la Iglesia sin que la mayoría noten su entrada y fatalidad.

         Un ejemplo clásico de la interpretación liberal de la Biblia por parte del feminismo liberal, se encuentra en el libro “La Mesa de bienvenida”, un volumen pro-ordinación, escrito por 14 líderes en pensamiento, todos, Adventistas del Séptimo Día.
         En ese libro, algunos de los autores argumentan que los pasajes bíblicos (como Efesios 5:22-33; Colosenses 3:18,19; 1ª Pedro 3:1-7; 1ª Corintios 11:3,11,12; 14:34,35; 1ª Timoteo 2:11-14; 3:2; y Tito 1:6), que los Adventistas históricamente entendieron como sobrellevar diferenciar y sentar, los roles entre hombres y mujeres tanto en el hogar como en la Iglesia, son el producto de la ilógica, o de las interpretaciones rabínicas erróneas, de los escritores de la Biblia en boga en su época.
         Razonando a través de la filosofía feminista y con mucha crítica bíblica, algunos de los autores del libro, sostienen que el apóstol Pablo cometió un error en su interpretación de Génesis 1-3, cuando fundamentó su enseñanza sobre la distinción de roles entre hombres y mujeres en la Creación y la Caída. Ellos afirman que las declaraciones del apóstol Pablo eran simplemente la expresión de su opinión personal no inspirada -opinión que refleja su cultura, y por lo tanto no se aplican a nosotros. Para estos autores, Pablo era "un hombre de su tiempo". De vez en cuando, él vislumbró el ideal que Jesús estableció durante su tiempo en la tierra, sin embargo, nunca llegó "al ideal evangélico" de la plena igualdad o intercambiabilidad completa de funciones en el hogar y en la Iglesia.

         7. La Transformación del Ministerio de la Mujer.
         Históricamente, la Iglesia Adventista del Séptimo Día siempre ha fomentado la participación activa de las mujeres en el ministerio de ganar almas. Las mujeres lo hacen sin ser ordenadas como ancianos o pastores. Este es todavía el caso, especialmente en los países en desarrollo.
         Sin embargo, en ciertos lugares (en particular, y cada vez más, en las regiones industrializadas del mundo), los ministerios de la mujer en esas iglesias, han sido secuestrados y adaptados a los ministerios feministas, para impulsar la agenda de la ordenación de mujeres. Luego, en formas muy sutiles, l@s defensores acusan a los que justificadamente se oponen a la ordenación de mujeres, como oponiéndose al ministerio de la mujer. Tratan también de dar credibilidad a su agenda feminista, cuando comparan la transformación del ministerio de la mujer, con la práctica legítima en los países en desarrollo, donde la mujer tiene un rol nulo en la sociedad. Por lo tanto, l@s feministas toman el término "ministerio de la mujer", vaciado de su verdadero significado, y luego inyectarlo con un sentido feminista. De esta manera, los miembros de la Iglesia que no sospechan nada, no ven claramente la diferencia.

         Un escritor y experimentado pastor ofrece este breve resumen, contrastando los ministerios feministas de hoy día con los ministerios de las mujeres de los pioneros Adventistas:
         “Hoy en día, los ministerios feministas contrastan fuertemente con el Ministerio de la Mujer en aquel entonces. Mientras que la espiritualidad era el fervor que impulsaba a las hermanas Adventistas del primer movimiento, parece que hoy, la espiritualidad está debajo de los “derechos y libertades” de las supuestas misioneras; mientras que la ganancia de almas era todo el propósito de las primeras Adventistas, no siempre parece ser lo más importante en el “ministerio” de hoy; mientras que el primer movimiento destacó el valor y la influencia de una mujer en la escena doméstica en el hogar, tal concepto parece casi repulsivo para much@s en el segundo movimiento; mientras que el poder correspondía al Espíritu Santo en el primer movimiento, uno casi siente que el poder corresponde a la posición, en el actual.
         Podemos aplaudir los Ministerios de la Mujer en los países en desarrollo, donde las mujeres son muy activas en ganar almas y compartir su fe. ¡Alabado sea el Señor por su fe y su obra de sacrificio! Las iglesias están creciendo porque las mujeres han capturado el espíritu de los pioneros en su área. Deberíamos (en los países desarrollados) avergonzarnos alterar su forma de ministerio, e infectarlo con la lucha feminista.” (Laurel Damsteegt, "Shall Women Minister?" [¿Deberían las Mujeres Evangelizar?]).

         Resumen.

         La campaña del feminismo para la igualdad plena, prepara la base para la ordenación de mujeres en la IASD. La oposición fundamental de esta ideología frente a la enseñanza de la Escritura sobre la distinción de roles entre hombres y mujeres en la Iglesia, lleva a algun@s feministas a promover el lesbianismo y la brujería, a redefinir y feminizar a Dios, a impulsar de manera indiscriminada al lenguaje no sexista, a cuestionar la inspiración y la autoridad de la Biblia, a adoptar la alta crítica y reinterpretar la Biblia, y a incorporar los Ministerios de la Mujer en los ministerios feministas.

Fin parte 1

[Este artículo es una traducción del original en inglés, escrito por el Hno. Samuel Koranteng-Pipim, Doctor en Teología, Director del Campo Publico Misionero en la Conferencia Michigan, Autor de los libros; “¿Debemos guardar el silencio?” y “Recibiendo la Palabra” -en inglés. Lo que aparece entre corchetes [ ] son las aclaraciones personales del traductor]

traducido por
claudio popa
10/02/2013
Burgos, España

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