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lunes, 16 de febrero de 2015

¿LA TERCERA OPCIÓN? - parte 3


Tu posición... puede peligrar... tu salvación
          
La Tercera Opción afirma - #3:
         “Considerando que la ordenación de mujeres es una excepción al modelo bíblico del liderazgo masculino, vamos a “dejar nuestras hermenéutica y teología sin compromisos”.

         La tercera opción sugiere que al considerar la ordenación de mujeres siendo una excepción al modelo bíblico de liderazgo masculino y una adaptación de un ideal de organización, más que una absoluta recomendación a la ordenación de mujeres, vamos a "dejar nuestras hermenéutica y teología sin compromisos." Pero la adaptación de la enseñanza bíblica propuesta por la tercera opción, sería un quebrantamiento grave de los principios de interpretación utilizados actualmente por la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Si bien es posible que en ocasiones adaptemos las prácticas para armonizar con el significado del texto bíblico, la tercera opción sostiene que a veces es necesario adaptar una práctica en contradicción con el significado del texto. En concreto, la tercera opción recomienda que las mujeres puedan ser ordenadas como ancianos/pastores en contradicción con su propia creencia de que 1ª Timoteo 2 y 3 enseñan que el ideal de Dios, o Su voluntad "preferida" , es tener "un varón en el oficio de anciano".

         Algunos afirman que debido a que Pablo prohíbe a las mujeres enseñar y nosotros como Iglesia lo permitimos, nosotros ya adaptamos mandamientos divinos no esenciales. Pero la Biblia no prohíbe a las mujeres toda la enseñanza. Por el contrario, se mencionan mujeres que participan tanto en la enseñanza (Hechos 18:26; Tito 2:3-5) como en el profetizar (1ª Corintios 11:5; 14:3). Ellen White está de acuerdo, instando a una mujer con dones oratorios:
"Diríjase al multitud cada vez que pueda".[1] Pablo, por lo tanto, no podría haber estado dando una prohibición general en la enseñanza.

         Al decir, "No permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre" (1ª Timoteo 2:12), Pablo vincula la enseñanza prohibida, con la autoridad sobre el hombre. A pocos versículos más adelante, él identifica la autoridad de cual habla. Él la pasa de forma natural a las calificaciones para ancianos, un oficio de la Iglesia que recibe delegada autoridad en la Iglesia por elección o nombramiento, y es reconocido públicamente por la ordenación. Pablo especifica que este oficio debe ser ocupado por un hombre que es, "apto para enseñar" (1ª Timoteo 3:2; ver también Tito 1:9). La prohibición dada a las mujeres, entonces, era sólo que no podían asumir la autoridad de enseñanza que pertenece al anciano/ pastor. No debemos pensar que hemos ido adaptando la instrucción bíblica cuando se anima a las mujeres a enseñar o predicar en diversos entornos; pueden hacerlo siempre y cuando no usurpan la autoridad que pertenece a la anciano/pastor ordenado. Esta actitud humilde, no disruptiva hacia la autoridad de la Iglesia se describe en el texto como aprendizaje "en quietud".

         Este ejemplo demuestra que los Adventistas no aceptan de inmediato el significado superficial de un texto antes de considerar primero el contexto interno y externo, y todas las pruebas inspiradas sobre el tema. Aun así, esto no es una adaptación de los mandatos bíblicos, como es descrita por la tercera opción. Más bien, usamos sólidos principios de interpretación bíblica (la hermenéutica) para llegar al significado intencional del autor, teniendo cuidado para no sacar una conclusión que estaría en contradicción con el claro sentido del texto bíblico. Aquí es donde el enfoque del grupo pro-ordenación (el Grupo 2) falla. Después de aplicar sus principios hermenéuticos, llegan a un significado que es muy diferente a la simple lectura de la Biblia sobre el tema. Al determinar el significado de la Biblia, ellos a veces parecen dar mayor peso a su reconstrucción histórica de lo que el texto bíblico dice en realidad. El error de enfoque de la tercera opción, sin embargo, es diferente. Mientras que aparecen llegar a un significado apropiado del texto, ellos luego dan permiso para ignorarlo, cuando no es un mandato moral. Esto es igualmente peligroso. El lector simplemente no tiene la autoridad para determinar cuál instrucción bíblica obedecer y cuál dejar de lado.

         La garantía dada por la tercera opción que van a, "dejar nuestra hermenéutica no comprometida", simplemente no es verdad. El tipo de adaptación que ellos proponen, no representa la práctica actual de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Creemos que la única conducta segura, consiste en seguir lo que la tercera opción lama, la "preferencia" de Dios, según es revelada en la Biblia, en todos los asuntos de fe y práctica.

         La Tercera Opción afirma - #4:
         La calificación de género del anciano es una característica entre muchas, y por lo tanto, no debería considerarse en un sentido más absoluto que las otras calificaciones.”

         La tercera opción describe la "masculinidad" como siendo sólo uno de los muchos requisitos de un anciano. Por lo tanto, se concluye que no hay que destacar la masculinidad como necesaria, cuando las otras calificaciones no siempre son tratadas de esta manera. Esto no es cierto, por lo menos por tres razones: (1) ser hombre no es técnicamente una calificación, sino un atributo intrínseco de un anciano; (2) ser hombre es absoluto; no se mide en grados como son los títulos listados de un anciano; y (3) ser varón es necesario no sólo para cumplir con los requisitos, sino también para armonizar con la prohibición contra las mujeres de tener autoridad sobre los hombres que figuran en el capítulo anterior, 1ª Timoteo 2. Ahora vamos a echar un vistazo más de cerca a cada una de estas tres razones.

         En 1ª Timoteo 3, la masculinidad no es técnicamente una cualificación sino una suposición. Ser el "marido de una sola mujer", es una cualificación. Ser "el que gobierna bien su casa", es una cualificación. Pero ser hombre, es algo asumido en el texto. Es un prerrequisito para la calificación. No es probable que una mujer diga: "Quiero un marido que sea amable, cariñoso y varón", porque se supone que un marido es varón. Lo mismo sucede con la suposición de Pablo de un anciano varón. Para ser "marido de una sola mujer", debes ser varón. Para ser el que "gobierna" bien su casa, que debes tener la responsabilidad de gobernar la casa dada al sacerdote y líder espiritual de la casa. Por lo tanto, ser varón no es tanto una calificación de un anciano sino un requerimiento previo incluso a ser elegible para su consideración.

         Es cierto que vivimos en un mundo menos que ideal. Esto nos hace elegir ancianos que no cumplan todos los ideales de los requisitos bíblicos. Algunos son menos "templados" que otros, algunos son más o menos "suaves", otros más o menos "hospitalarios", etc. Estas calificaciones se miden en grados; y donde se involucran grados, no es seguro para nosotros trazar líneas arbitrarias. Esto, sin embargo, no es así, con el requisito de género. Los hombres no son más o menos varones. El género no se mide en grados. El género es una clara condición inequívoca para poder servir como anciano/pastor, que no nos deja lugar a malentendidos. Cuando las prohibiciones se miden en grados, debemos dar espacio a la conciencia individual. Cuando la prohibición no es ambigua, sin embargo, debemos trazar la línea en el mismo lugar donde la traza la Escritura. Hacer lo contrario sería desobedecer una orden clara de Dios.

         La tercera razón por la cual la masculinidad no se puede considerar una de muchas cualificaciones, es que las calificaciones del anciano fueron presentadas dentro de un contexto más amplio. Ellas son enumeradas a pocos versículos después de la prohibición de apóstol Pablo en 1ª Timoteo 2:12, donde dice, "no permito a la mujer enseñar, ni ejercer autoridad sobre el hombre". El anciano, es el mismo que debe ser, "apto para enseñar" (1ª Timoteo 3:2) con la autoridad dada el nombramiento o la elección de la iglesia, y reconocida públicamente mediante la ordenación. Por lo tanto, el carácter masculino del anciano, en el capítulo 3 ("marido de una sola mujer" y "el que gobierna bien su casa"), no es sólo una de las muchas cualificaciones flexibles.     Más bien, el lenguaje específico de género, del capítulo 3, es necesario para estar en armonía con la prohibición del apóstol Pablo en el capítulo 2, de que las mujeres no deben enseñar en posición de autoridad oficial de la iglesia, ocupada por el anciano/pastor. El lenguaje de Pablo no comunica flexibilidad, de tipo, "sugiero que la mujer...", sino más bien, "no permito que la mujer…". Y él apóstol basa este mandato, no en la cultura o simplemente en las circunstancias locales, sino en el orden de la Creación y la posterior caída de Adán y Eva (ver 1ª Timoteo 2:13,14).

Lo qué vas a elegir, puede ser tu destino eterno
Siguiente articulo:


         El papel actual de ‘anciano local’, es equivalente al papel bíblico de ‘diácono’.”


[1] EV, 346

2 comentarios:

  1. A nivel gramatical, ¿como vinculas que la autoridad de enseñanza de 1 Timoteo 2:11-12 es solo para los Ancianos?

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  2. No entiendo su pregunta. ¿La puede reformular? Gracias.

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