Si nos
negamos a adaptar el modelo bíblico del liderazgo masculino, podríamos
“obstaculizar la misión de la Iglesia de Dios”.
Refiriéndose a la clase de Mandamientos
bíblicos que denomina “ideales organizativos”, la tercera opción declara,
“Ellos no deben ser tratados a la
ligera o con arrogante desconsideración. Pero tampoco se le debe permitir a
obstaculizar la misión de la Iglesia de Dios.” Esta afirmación tan repetida,
que está en el corazón del debate sobre la ordenación de mujeres, necesita ser
bien examinada. ¿Exactamente en qué modo, el no ordenar mujeres, va a “obstaculizar
la misión de la Iglesia de Dios”?
Ninguna
evidencia se ofrece para apoyar esta sugerencia. La verdad es que nada impide a
las mujeres trabajar para Dios. Ellas pueden predicar, enseñar,
evangelizar, e involucrarse en las oportunidades continuamente en expansión
para el ministerio. La
Biblia sólo prohíbe a las mujeres servir en el papel del anciano/pastor
ordenado. Aquí
radica uno de los puntos más críticos de todo el debate sobre la ordenación de mujeres.
La
desafortunada, aunque no intencional, consecuencia de la opinión promovida por
los grupos, pro-ordenación y la tercera opción, es que sólo cuando él o ella
está ordenado/a puede realmente avanzar en la misión de la Iglesia; y que la
falta de ordenación, “obstaculiza la misión”. A pesar de su pretensión a la
noble causa de la igualdad, los partidarios de la ordenación de mujeres, pueden
inconscientemente, estar creando una percepción elitista respecto al ministerio
ordenado. De
ninguna manera debemos dar un mensaje de este tipo en esta hora crítica, cuando
la Iglesia debería fortalecer el ministerio de laicos no ordenados como nunca
antes.
Los proponentes de la tercera opción
deberán leer detenidamente las críticas de Ellen White hacia el Hermano Tay, un
misionero en Pitcairn, quien, porque no era ordenado, se negó a bautizar a aquellos
que aceptaron el mensaje Adventista. Ella explicó que, debido a que ningún
ministro ordenado estaba disponible y que no se sabía precisamente cuándo uno
podía llegar a la isla para bautizar a los nuevos creyentes, el hermano Tay
debería haber realizado los bautismos él mismo.
Este ejemplo es referido en el resumen
de la tercera opción para ayudarles a construir su caso para la adaptación de
los Mandamientos divinos.
Pero la tercera opción no tiene en
cuenta que Ellen White no aconsejó que el hermano Tay sea ordenado para poder hacer
una obra más grande. Más
bien, en una circunstancia tan extrema, ella indicó que la obra puede y debe
avanzar sin ordenación. No
ordenar mujeres no impedirá la obra de Dios, porque la ordenación no es
necesaria para que alguien pueda trabajar para Dios.
La tercera opción sostiene,
“El hecho de que casi todos están de
acuerdo en que las mujeres pueden realizar un papel principal de liderazgo
espiritual en determinadas circunstancias (por ejemplo, como sucede actualmente
en China), es importante.”
Sin embargo, aquí debe hacerse una
distinción importante, que la tercera opción no quiere reconocer. Cuando un padre
está ausente de la casa, y la esposa y madre debe asumir la posición primaria
de liderazgo espiritual, esto no hace de ella ni padre, ni sacerdote de la
casa. Del mismo modo, si bien es cierto que ciertas circunstancias pueden
requerir a las mujeres llevar, “un papel principal de liderazgo espiritual” en
la Iglesia, de eso no se deduce que también tienen que ser ordenadas en el
oficio bíblico de anciano/pastor.
El ejemplo de China no es comparable,
ya que esa zona no está en un territorio organizado de la Iglesia, y por lo
tanto, no puede ser gobernado por la política oficial de la iglesia. Sin embargo,
existen actualmente áreas oficiales de la Iglesia a nivel mundial, donde las
circunstancias son similares a las existentes en China. En esas áreas,
donde a menudo no hay hombres calificados, las mujeres sirven admirablemente
como “líderes” no ordenados de la Iglesia para proveer dirección y liderazgo a
las congregaciones locales. Los ministros [pastores] ordenados visitan periódicamente
las iglesias en esas zonas, para oficiar los bautismos y las celebraciones de
la Cena del Señor, así como presidir reuniones de trabajo en los casos que implican
la disciplina de la Iglesia. Esta disposición se adapta a las necesidades locales,
sin sacrificar la fidelidad a las calificaciones bíblicas de anciano/pastor.
La tercera opción, mientras que con
razón, señala que las circunstancias pueden llamar a una mujer a servir como
líder de la iglesia local, no puede dar ninguna razón necesaria para que una
mujer sea ordenada como anciano/pastor.
Su “adaptación” de las Escrituras, por
lo tanto, parece que no se basa en una auténtica necesidad, sino muchísimo en las
“preferencias personales”, que la Palabra de Dios nos advierte evitar.
E.G.White y el hno. Tay
[Porque
Pitcairn, una remota isla en el Océano Pacífico Sur, se encuentra a 3.500
millas al noreste de Nueva Zelanda, no se sabía cuándo un ministro ordenado
podría ser capaz de visitar la isla. De hecho, no fue hasta cuatro años más
tarde, cuando fue construido el barco misionero Pitcairn, que los Adventistas pudieron volver a la isla, y dos
ministros ordenados, los ancianos E.H. Gates y A.J. Read, "bautizaron y
organizaron una iglesia de 82 miembros y una Escuela Sabática de 114 miembros"
(06 de diciembre 1890, “Pitcairn Island”, Seventh-day Adventist Encyclopedia, 2nd rev. ed. [Hagerstown, Md.: Review and Herald, 1996]).
Ellen White escribió en retrospectiva:
“Cuando los
hombres salen con la carga de la obra y traen almas a la verdad, esos hombres
son ordenados por Dios, aunque ellos nunca tuvieron parte de la ceremonia de
ordenación. Decir
que ellos no deben bautizar, cuando no hay nadie más, está mal. Si hay un
ministro [pastor/anciano] cerca, de acuerdo, entonces ellos deberían buscar el ministro
ordenado para hacer el bautismo, pero cuando el Señor trabaja con un hombre
para traer un alma aquí y allá, y ellos no saben cuándo llegará la oportunidad
de que esas preciosas almas pueden ser bautizados, ellos no deben preguntarse
sobre el asunto, ellos deben bautizar a esas almas.”]
Lo qué vas a elegir, puede ser tu destino eterno |
El siguiente artículo:
“Considerando que la ordenación de mujeres es una
excepción al modelo bíblico del liderazgo masculino, vamos a “dejar nuestras
hermenéutica y teología sin compromisos”.
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