jueves, 20 de julio de 2017

La Justicia de Cristo (1)


  


LUZ PARA LA ÚLTIMA GENERACIÓN 

“El mensaje de la Justicia de Cristo ha de resonar de un extremo al otro de la tierra, preparando el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que termina la obra del tercer ángel.“ (6T,  19).

“El Señor en Su gran misericordia envió un muy preciosismo mensaje por medio de los pastores Waggoner y Jones. Este mensaje, tiene como finalidad hacer más prominente ante el mundo al Salvador crucificado, sacrificado por los pecados de todo el mundo. Él invita a la gente a recibir la Justicia de Cristo. Este es el mensaje que Dios ha elegido para ser dado al mundo. Es el Mensaje del Tercer Ángel, que ha de ser proclamado en voz alta y acompañado por el derramamiento de Su Espíritu, en gran medida.” (TM, 91,92)

El Espíritu de Profecía nos ha bendecido con un sinfín de perlas del Reino celestial pero, algunas brillan más especial para nuestra generación. A pesar de que algunos temas no eran realmente “Verdad Presente” hace unos cien años, y por eso Ellen White no escribió mucho acerca de ellos, el Espíritu Santo quiso plantarlos en el paisaje de la verdad Adventista, como puntos de referencia para una generación, que va a tomar muy en serio los desafíos de los siglos. Una de estas perlas se refiere a la naturaleza de la luz de la Justicia de Cristo y tiene mucho que decir al pueblo de los últimos días. 
Esto escribe la sierva de Dios:
 “Se me hicieron preguntas:  Hermana White, ¿cree que el Señor tiene nueva y más grande luz para nosotros, como pueblo '? Yo contesto: Sin duda! No sólo lo creo, pero hablo con conocimiento. Sé que hay preciosas verdades que debemos descubrir, si somos el pueblo que permanecerá en el día de preparación de Dios.“ (3SM, 174).

Por desgracia, su generación no quisieron ser, “el pueblo que permanecerá en el día de preparación de Dios”, y por lo tanto, no descubrieron “las preciosas verdades”. Esta tarea queda aún sobre los hombros de nuestra generación, aunque no somos muy conscientes de ello. Parece que nuestro máximo cuidado está dirigido hacia mantener a todo coste, la luz que ya conocemos. Impresionados por sus repetidas afirmaciones de que en Minneapolis, Dios quiso ofrecernos nueva luz sobre la Justicia de Cristo, la gente la preguntaban sorprendidos si ella aún piensa que había más luz por descubrir. Al igual que hoy, el pueblo pensaba que tiene toda la luz del Cielo. La predominante mentalidad Laodicea es casi palpable: "Soy rico! No me falta nada!" Sin embargo, si viviría hoy, ella diría como entonces, “Estoy convencida! Y no sólo lo creo, sino que hablo en conocimiento.”
¿Qué quiere decir, “hablo en conocimiento”? ¿Qué lo hacía estar tan segura de que había más verdad para descubrir? ¡Algo realmente excepcional! En la Sesión de la Asociación General de 1888, el ángel del Señor vino a ella y le explicó lo que había detrás de la oposición violenta de los dirigentes, contra los jóvenes pastores Jones y Waggoner, unos "desconocidos" editores de la Review&Herald.
El ángel dijo que el pueblo repite aquí, "la rebelión de Coré, Datán y Abiram”. Era una rebelión contra el mensaje de la Justicia de Cristo en relación con la Ley. 
Aunque la señora White había decidido abandonar la Sesión de inmediato, disgustada por “el espíritu de turba” manifestado por los delegados, el ángel insistió en que se quedara allí. Él le dijo que, “en esta Sesión se tomarán decisiones para la vida o para la muerte”. (EGW, Letter to the Leaders in Battle Creek). 
El tiempo ha confirmado las palabras del ángel. Ha pasado más de un siglo, y la Tierra sigue sin ser iluminada con la gloria de Dios, y la Iglesia está cada vez más conforme y confortable con el espíritu del mundo. Mientras tanto, nuestros maestros en teología no han hecho más que distorsionar el camino consagrado a la perfección Cristiana, oscureciendo el propósito de Dios de los siglos eternos que es, vivir en cada ser creado.
 El texto del Manuscrito 24, de 1888 tiene implicaciones amplias. Se nos dice que la última generación va a disfrutar de mucha nueva luz; que esa misma nueva luz, hará que esa sea la última generación.
Dicho en otro sentido, hasta que una generación no comprenderá las verdades que permanecieron sin descubrir desde el día de Pentecostes, no podrá convertirse en “última”.
¿Podemos acaso comprender nuestra responsabilidad en esta ecuación?
El Espíritu Santo nos da una confirmación más de que, la última generación será beneficiaria de una inundación de luz curativa, de nueva luz sobre la Justicia de Cristo. Él nos demuestra con gran ternura, que Ellen White se encuentra en una compañía de las más selectas posibles a lado de Isaías, Malaquías, Daniel, y otros, que hablaban de una época en que, “el conocimiento aumentará”.
Isaías lo dice mejor:
“Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la quebradura de Su pueblo, y curare la llaga de su herida.” (30:26).
Obviamente, se trata de un lenguaje espiritual, sobre cosas espirituales, y el sol que aparece aquí es, el Sol de Justicia, Cristo Jesús, el Salvador del mundo. 
 Las llagas y heridas que deben ser curadas, son los defectos ocasionados al ser humano por la separación de la Fuente de vida. Un problema que solamente lo puede resolver el Día de la Expiación. 
Por lo tanto, para la generación que verá el Día de la Expiación, el Sol de Justicia brillará siete veces más. Podríamos decir que precisamente esta comprensión profunda, producirá la curación, la reconciliación, la unión con la naturaleza divina. 
¡Esa generación somos nosotros! 
¿Pero cuántos son los que perciben de verdad esto? Porque entre los que lo afirman hoy (a media voz), la mayoría no lo creen en absoluto. 

Y continuando nuestro hilo de pensamiento espiritual y conforme a la Palabra de Dios, no deberíamos olvidar que el Pentecostés ocurrió sólo porque un pequeño grupo de discípulos de Cristo permitieron al Espíritu Santo abrirles “el entendimiento para que comprendieran las Escrituras” (Lucas 24:45).
Del mismo modo, la Lluvia Tardía será un séptuple desarrollo del mensaje sobre el misterio de la piedad, “Cristo en vosotros”. Y eso viene cuando le permitimos al Espíritu Santo abrir nuestras mentes para entender las Escrituras acerca de la Justicia de Cristo que es el carácter de Dios. Malaquías dice lo mismo:
“Mas a vosotros, los que teméis Mi Nombre, nacerá el Sol de Justicia, y en Sus alas traerá Salvación.” (4:2).
Al igual que la salida del sol el desarrollo del mensaje sobre la Justicia de Cristo vino gradualmente, rayo tras rayo, de manera casi imperceptible, lo suficiente discreto, tanto que los burladores no vean en él nada especial; suficientemente tranquilo para que los santos no sean despertados de su agradable sueño demasiado brutal; aunque suficientemente claro para que el investigador serio no confunda el camino cuando su oído escucha la voz: “Este es el camino! Andad por él!” (Isaías 30:21).
 Hay un sendero, un camino consagrado por Cristo, que Sus seguidores pisan con seguridad, hasta que se transforma en la luz brillante de la gloria del ángel de La Revelación 18.
Cuando la Novia será hecha partícipe de la naturaleza divina, cuando el Carácter del Padre, la Ley, será escrita en sus mentes, entonces, la Babilonia espiritual caerá, Y, “el misterio de Dios” terminará. El mundo podrá mirar entonces, el poder curativo de la Justicia y comprenderá la inutilidad de mantener el orden actual de las cosas. Con desesperación. Con remordimiento. Con resignación.

“Sé que hay verdades preciosas que debemos descubrir, si somos el pueblo que permanecerá en el día de preparación de Dios.“
¿Sabe esto la presente generación del pueblo de Dios? ¿Hablan los púlpitos Adventistas de la verdad por descubrir que hace de nosotros la última generación? ¿Creen nuestros teólogos esto? ¿Hay alguien interesado en esa “preciosa verdad” sin cuyo descubrimiento no se puede hablar de la Segunda Venida?
La responsabilidad que pesa sobre nosotros es difícil de describir con palabras. Espero que no cumplamos nosotros la sombría profecía que nos dejó la sierva del Señor:
“El Mensaje del Tercer Ángel no será comprendido. La luz que iluminará toda la Tierra con su gloria será llamada, luz falsa, por los que se niegan a caminar en su creciente gloria.”

Continuará... 

Claudio Popa, 
Bucarest,
20.07.2017