domingo, 12 de julio de 2015

Como El Dinero Nos Metió En Problemas


         "Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males; el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe..." (1Tim 6:10)

          Al leer esta historia, recordemos que los administradores son humanos, como el resto de nosotros, y necesitan nuestras oraciones. Recordemos también que el dinero que intentaron salvar en un momento crucial de esta historia, fue el diezmo de Dios, no era su propio dinero.

          Es una historia que muestra cómo el liderazgo de la NAD (La División Norte Americana) llegó (a), a la posición de sostener que la ordenación es meramente una cuestión de política de la Iglesia y no de obligación sagrada, y (b), que la comisión en obra evangélica (obreros evangélicos), es equivalente con la ordenación en el ministerio pastoral.
         A fin de comprender significativamente la historia, es necesario para nosotros que por unos momentos volvamos unos cuantos años en tiempo.

           LA TENTACIÓN DE… “LA CUOTA DE VIVIENDA GRATIS”

          Cuando América era joven, muchas iglesias Cristianas ofrecían residencia gratis a sus pastores. Esas residencias eran conocidas como “casa del pastor” (casa pastoral, residencia del pastor). Perteneciendo a sus respectivas iglesias, por ley, esas “casas pastorales” eran exentas de impuestos. Así se originó la costumbre de que los ministros (pastores) que vivían en esas “casas”, no pagaban ni el alquiler, ni los impuestos. Con el avance del tiempo, más y más iglesias empezaron a pagar lo que hoy se conoce como la “Cuota de Vivienda Gratis”, a sus pastores, permitiendo que esos hombres busquen y elijan las casas por cuenta de la iglesia. Debido a que esta nueva costumbre era un cambio de una antigua costumbre, las iglesias Cristianas presionaron y convencieron el gobierno que trate la Cuota, como libre de impuestos.

          El no pagar impuestos sobre la renta, o impuestos sobre el alquiler e hipoteca y las ventajas obtenidas por los pastores (que eran mal pagados en aquellos tiempos), levantó la envidia de algunas personas. En realidad, esas ventajas eran reducidas considerablemente con el crecimiento de la tasa de Seguridad Social en 1950. El gobierno de los EEUU requiere que los empleadores (los empresarios) paguen la mitad de la Seguridad Social, dejando que el asalariado pague la otra mitad.

         Los pastores, sin embargo, por alguna rareza de la ley, son considerados “autónomos” y como tal deben pagar por completo la Seguridad Social. Aun así, muchos pastores en América pagan de algún modo impuestos más bajos que otras personas que tienen los mismos ingresos.

          LA RECLAMACIÓN DE IRS (Fiscalía de EEUU)

          En 1965 algunos empleados del IRS (Servicio Interno Fiscal) (algo como el Ministerio de Hacienda español), señalaron que los jóvenes ministros Adventistas del Séptimo Día, que eran licenciados como pastores pero no habían sido todavía ordenados, no eran realmente “pastores” y por consiguiente, no podrían beneficiar de las ventajas de la “Cuota de Vivienda Gratis”.

         Si los pastores licenciados deberían ser considerados como empleados ordinarios antes que autónomos (como los pastores ordenados), la Iglesia mundial tendría que pagar la mitad de la tasa de la Seguridad Social. Con 850 ministros licenciados (en aquel entonces), el coste total de pagar para la Iglesia de Estados Unidos, era una amenaza bastante grande.

          Por 12 largos años, los líderes de la Iglesia han bloqueado el pago de la Seguridad Social, empleando avocados tras avocados, para persuadir el gobierno para cambiar la ley, a fin de que la Iglesia pueda salvar en totalidad el dinero ofrecido voluntariamente por sus miembros (diezmos y ofrendas).

          Finalmente, cuando ya era evidente que el gobierno no va a cambiar nada, que los avocados no conseguirían nada en este asunto, y que el gobierno se preparaba para confiscar las propiedades de la Iglesia por impago de las tasas gubernamentales, los lideres preguntaron el IRS, ¿en qué modo podrían convencer el gobierno que los pastores licenciados eran en realidad pastores? (y como consecuencia beneficiaban de esa “Cuota” como autónomos).

          El IRS respondió que si la denominación votaría que los pastores licenciados están autorizados a oficiar bodas, el IRS estaría contento. Así que los lideres de la Iglesia votaron (en 1976) que en la NAD, los ministros licenciados eran autorizados a hacer lo que nunca pudieron hacer, es decir, oficiar bodas y bautismos, a condición de que fueran ordenados como ancianos y tengan la aprobación del Comité de sus Conferencias.

          La decisión de hacer los pastores licenciados virtualmente iguales con los pastores ordenados, no fue votada sin protestas. En particular, algunos de los tesoreros de la Conferencia General, los que prácticamente eran los administradores del dinero de la Iglesia, argumentaron que es un error disminuir la importancia de la ordenación, simplemente para ahorrar dinero, aunque se trataba del dinero ofrecido (diezmos y ofrendas).

          Hablando en su nombre y en el nombre de sus asociados, Robert Osborne, el asistente del tesorero de la Conferencia General, escribió seriamente a los líderes de la NAD:

          “Se nota un definido sentimiento de que es difícilmente recibida la alteración de nuestra actitud hacia los ministros licenciados, sólo en consideración de asuntos de impuestos en un país en particular, en este caso en Estados Unidos.”

          La respuesta, sin embargo, de los lideres más altos fue que, la diferencia entre las funciones de los pastores licenciados y ordenados no es un asunto moral teológico, sino un problema de política eclesiástica interior (problema particular de la iglesia), y que el proceso de instructores de los pastores, obviamente, no es un asunto teológico o doctrinal, sino uno de metodología, de política (un simple modo o plan de trabajo).

          De este modo, enfocados en salvar dinero, los líderes de la denominación Adventista Del Séptimo Día, despojaron la santidad de la ordenación, de muchos de sus atributos distintivos. La Conferencia General ya no miraba la ordenación como un llamado especial cuya naturaleza era determinada por la Biblia y el Espíritu de Profecía. La obra del ministro/pastor ordenado ya no era cuestión de estudio teológico; en lugar de eso, era una simple cuestión del Comité de Acción y una simple política de administración. Y ese punto de vista es exactamente el que se refleja hoy en la posición oficial respecto al papel de las mujeres.

          LA APARICIÓN DE UN NUEVO TÉRMINO ECLESIÁSTICO:
         “OBRERO COMISIONADO”

          Es importante saber que en 1978, cuando el IRS dijo que aceptará un pastor licenciado como equivalente a un pastor ordenado, los empleados del gobierno usaron una palabra que hasta entonces no tenía mucho significado en nuestra denominación. El IRS dijo que si una persona fuera autorizada para oficiar bodas, sería aceptada como igual a un pastor ordenado, indiferente que esa persona era licenciada, ordenada o comisionada. Aquí, apareció la nueva palabra; comisionado. Y según vamos a ver, era preñada con el trasfondo y los propósitos para el futuro. Satanás es maestro en “juegos de palabras” y uso de “lengua de serpiente” (expresar dos cosas distintas con las mismas palabras).

          A lo largo de los años, tesoreros, directores y secretarios departamentales, y dirigentes de organizaciones Adventistas que no eran sino simples funcionarios, empezaron recibir licencias pastorales y más tarde fueron incluso ordenados como pastores. Esas licencias eran individuales, y ofrecidas a hombres que podrían ser llamados para ministerios especializados, pero que sin embargo, difícil podrían ser considerados pastores, en el sentido expreso de la palabra, pero se cualificaban para beneficiar de la amada, “Cuota de la Vivienda Gratis”.

          Pero mediado el 1970, empezó una reacción contraria a esta práctica. En el mismo tiempo que la Conferencia General y la NAD estaban definiendo la ordenación, como siendo simplemente una política administrativa, muchos Adventistas del Séptimo Día de todos los niveles, expresaban el pesar y la preocupación de que la ordenación de tesoreros, directores y secretarios departamentales y gerentes de empresas sólo para obtener el beneficio de la “Cuota de la Vivienda Gratis” es un error y disminuye seriamente el gran significado de la ordenación pastoral en el Ministerio Evangélico. Y debido a las presiones por parte de los conservadores Adventistas, muchos de los oficiales que en los años anteriores habían recibido la “Cuota”, se vieron en la situación de que ya no podrían beneficiar de ella.

          Luego alguien vino con la idea de un nuevo tipo de reconocimiento: ¿Qué tal si comisionamos a estas personas, llamándolos pastores comisionados, y les damos el derecho de oficiar bodas y bautismos? El IRS había prometido que estaría de acuerdo que este tipo de persona reciba la “Cuota de la Vivienda Gratis”. Y como consecuencia, si estas personas no son ordenadas como pastores, los miembros de la Iglesia estarán contentos terminarán con las quejas.

          Así que sin mucho ruido, y sin que se explicara nada a los miembros de la Iglesia, se votó formalmente aplicar ese título, y los tesoreros, directores/secretarios departamentales y gerentes de organizaciones, fueron privilegiados cuando venía la epoca de pagar las tasas gubernamentales, cada año, alrededor del 15 de Abril. Por primera vez empezaron a ser “comisionados” los obreros bíblicos, y la gente sentía que es bueno que estos muy trabajadores hombres reciban un correcto reconocimiento.

          Luego vino la idea de “comisionar” los profesores de los colegios, no como pastores sino como “profesores comisionados”, y otra vez la gente sintió que es bueno reconocer los méritos de estos maestros nunca alabados.

          LA COMISIÓN DE LAS MUJERES PASTOR

          Por mucho tiempo se comprendió que otorgar una licencia pastoral a una persona, implica que, a menos que intervenga algo seriamente malo, esa persona en unos cuantos años puede ser ordenada en el Ministerio Evangélico; en otras palabras, una persona que recibía la licencia pastoral, por unos años era considerada como avanzando en el camino hacia la ordenación (o mas popularmente, “rumbo” a la ordenación).

          Sin embargo, las pocas mujeres que habían obtenido licencias ministeriales a lo largo de los años, no eran vistas en ese camino hacia la ordenación, debido a que la Iglesia aún seguía las obvias instrucciones bíblicas de que los ancianos y los pastores deben ser hombres (varones).

          En 1975 la practica de otorgar licencias ministeriales a las mujeres, fue suspendida, pero en el mismo tiempo, el Concilio Anual de la Conferencia General votó que las mujeres que cumplan requisitos especiales y habían sido seleccionadas con mucho y gran cuidado, pueden ser ordenadas como “ancianos” en las iglesias locales. Es importante saber que este sorprendente e inesperado cambio de eventos, surgió de repente y debido a las insistencias ruidosas de un pequeño grupo de promotores liberales.

          Dos años más tarde, las mujeres fueron aceptadas servir como asociadas en el “cuidado pastoral”. Pero muchos líderes eran ansiosos para permitir que las mujeres trabajen como pastores.

          LA BATALLA SE CALIENTA

          En 1984 una joven mujer que era ordenada como “anciano” pero servía como “pastor” en una iglesia local de la Conferencia de Potomac, bautizó a alguien con el soporte de su Conferencia, pero sin la autorización del Manual de la Iglesia.

          En 1985 el Concilio Anual de la Conferencia General (CG) prohibió más baptismos por parte de las mujeres “ancianos”.

         Sin tener en cuenta las directivas de la CG, en 1986, la Conferencia de California Sur-Este (CCSE), votó que las mujeres pueden bautizar. La CG prometió trabajar seriamente para la ordenación de mujeres y persuadió a la CCSE anular la votación. La CCSE dio atrás para un tiempo, pero en hacer esto, dio lugar a la retórica.

          Ahora es, cuando se empezaron escuchar acusaciones como, discriminación, machismo, acciones afirmativas, justicia.

          Muchos Adventistas, apenados y horrorizados, se dieron cuenta que el lenguaje político y el feminismo radical, habían invadido nuestra Iglesia.

          UNA ELECCIÓN DIFÍCIL

          En 1989, en la preparación para la Sesión de la Conferencia General de Indianápolis, fue encomendada la elección de votar SÍ o No a una recomendación de doble sentido, a un gran grupo de estudio llamado, “La Comisión de las Mujeres”. Esta recomendación que sería enviada al Concilio Anual de la CG para futuras acciones proponía:
         - a partir de ahora las mujeres no podrían ser ordenadas como pastores, pero,
         - si cumplen ciertas especificaciones ellas podrían actuar en todas las funciones de un pastor ordenado en sus iglesias locales.

          Muchos miembros de la Comisión vieron como injusta la elección, porque decían que está claro que uno que vota SÍ en nr. 1 (no permitir la ordenación de mujeres como pastores), no puede votar también SÍ en nr. 2 (permitir que sean ordenadas las mujeres con cualidades excepcionales).

          La mayoría de los miembros de la Comisión de las Mujeres votaron SÍ, lo que significa que las mujeres no pueden ser ordenadas como pastores, y también que si cumplen ciertos requisitos pueden actuar como pastores ordenados si las divisiones desean eso.

          Esa recomendación llegó al Concilio Anual y de allí a la Conferencia General de 1990.

          Las dos estipulaciones fueron luego divididas para la CG de Indianápolis de 1990, y el voto del día miércoles fue abrumadoramente en contra de la ordenación de mujeres como pastores. Cuando la otra propuesta llegó al voto el jueves, muchos de los delegados extranjeros, sintiendo que el voto importante había sido dado el miércoles, abandonaron sus lugares de trabajo, para ir de paseo o de compras. El argumento principal ofrecido por los ponentes de la NAD fue presentado a los pocos delegados que permanecieron presentes y fue este:
         “Ayer nosotros hemos votado juntos a vosotros lo que habéis deseado; por lo tanto hoy os rogamos que votéis con nosotros, tomando en cuenta las necesidades culturales de Norteamérica.”

          No hubo ninguna referencia a las Escrituras.

          Esta vez, el voto fue a favor, aunque a un pequeño margen, en comparación con el de voto de miércoles.

          Como muchos saben, 5 años más tarde la cuestión de la ordenación de mujeres como pastores, fue otra vez presentada, aunque bajo otra forma. Esta vez la NAD, pidió el derecho de ordenar mujeres pastores “sólo en nuestro territorio”. Y fueron asignados 4 conferenciares para persuadir los delegados en votar SÍ, y sólo un orador para persuadirlos en votar, NO. El orador para NO presentó un estudio bíblico muy bien organizado y como algunos se pueden recordar, el voto de los delegados fue 1.481 a 673 a favor de “NO”; esto significando que la NAD no recibía la autorización para continuar sus propios caminos y ordenar mujeres en su territorio.

          LA PRESIÓN CONTINUA

          Dentro de unas semanas después de la votación, la iglesia de Sligo, situada a sólo pocos kilómetros del Cuartel General de la CG, como para vengarse contra el voto de la Iglesia mundial, ordenó algunas mujeres como pastores y poco después la iglesia local de la Universidad de La Sierra, siguió su ejemplo.

          Según hemos visto en otras partes, la NAD había nombrado una Comisión para intentar promover la ordenación de mujeres en el ministerio. También en aquel tiempo, surgió la idea de dirigir servicios comisionados para las mujeres pastores.

          LOS "SERVICIOS COMISIONADOS"

          Hasta ahora, los tesoreros, directores/secretarios departamentales y gerentes de organizaciones, recibían la notificación sobre su estatuto de comisionados simplemente por correo.

          De repente, esa privacidad pareció inadecuada. Voces impacientes y ruidosas, instaban que el nombramiento de las mujeres comisionadas como pastores, debería ser hecho más público, y más parecido, bueno…, y más parecido al culto de ordenación. Así se inventó y desarrolló un culto aparte para los comisionados; con lectura bíblica, con oraciones, un sermón, un encargado oficial, y… la imposición de las manos, todo ampliado de modo que rellene una hora completa en una congregación grande, o en un encuentro campestre.

          De este modo, un proceso que empezó como un plan para reducir gastos, en los impuestos gubernamentales, produjo un concepto antibíblico según el cual, la ordenación es simplemente una política de administración de la iglesia y se desarrolló el concepto que las mujeres comisionadas en la obra evangélica, son equivalentes a los pastores (varones) ordenados.
         Cuando después de un tiempo algunos Adventistas se enteraron de este asunto, muchos consideraron esta historia a la vez increíble y triste.
         Pero ya era demasiado tarde.

         La rebelión de Coré estaba en plena marcha...
        Y volver atrás... cuesta muchos millones!


claudio popa
Burgos, España
01.04.2013

3 comentarios:

  1. En mi corta carrera dentro del cristianismo en la IASD me he encontrado y trabajado con diferentes tipo de mujeres; unas con un espiritu bondadoso y dispuestas hacer solamente la voluntad de DIOS, sin embargo, tambien estan las mujeres con un espiritu liberal en donde la cuestion organizativa de la iglesia la convierten en un centro politico, en el cual, solo quieren hacer su voluntad. Cuando no se les permite esto entonces abandonan el barco sin mas ni mas. Oremos y estemos siempre constantes en ello y en el estudio de la PALABRA DE DIOS.

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