lunes, 16 de febrero de 2015

¿LA TERCERA OPCIÓN? - parte 2

Tu posición... puede peligrar... tu salvación
      
La Tercera Opción afirma - #2:
         Si nos negamos a adaptar el modelo bíblico del liderazgo masculino, podríamos “obstaculizar la misión de la Iglesia de Dios”.

         Refiriéndose a la clase de Mandamientos bíblicos que denomina “ideales organizativos”, la tercera opción declara,
         “Ellos no deben ser tratados a la ligera o con arrogante desconsideración. Pero tampoco se le debe permitir a obstaculizar la misión de la Iglesia de Dios.” Esta afirmación tan repetida, que está en el corazón del debate sobre la ordenación de mujeres, necesita ser bien examinada. ¿Exactamente en qué modo, el no ordenar mujeres, va a “obstaculizar la misión de la Iglesia de Dios”?
                Ninguna evidencia se ofrece para apoyar esta sugerencia. La verdad es que nada impide a las mujeres trabajar para Dios. Ellas pueden predicar, enseñar, evangelizar, e involucrarse en las oportunidades continuamente en expansión para el ministerio. La Biblia sólo prohíbe a las mujeres servir en el papel del anciano/pastor ordenado. Aquí radica uno de los puntos más críticos de todo el debate sobre la ordenación de mujeres.
                La desafortunada, aunque no intencional, consecuencia de la opinión promovida por los grupos, pro-ordenación y la tercera opción, es que sólo cuando él o ella está ordenado/a puede realmente avanzar en la misión de la Iglesia; y que la falta de ordenación, “obstaculiza la misión”. A pesar de su pretensión a la noble causa de la igualdad, los partidarios de la ordenación de mujeres, pueden inconscientemente, estar creando una percepción elitista respecto al ministerio ordenado. De ninguna manera debemos dar un mensaje de este tipo en esta hora crítica, cuando la Iglesia debería fortalecer el ministerio de laicos no ordenados como nunca antes.
         Los proponentes de la tercera opción deberán leer detenidamente las críticas de Ellen White hacia el Hermano Tay, un misionero en Pitcairn, quien, porque no era ordenado, se negó a bautizar a aquellos que aceptaron el mensaje Adventista. Ella explicó que, debido a que ningún ministro ordenado estaba disponible y que no se sabía precisamente cuándo uno podía llegar a la isla para bautizar a los nuevos creyentes, el hermano Tay debería haber realizado los bautismos él mismo.
        
         Este ejemplo es referido en el resumen de la tercera opción para ayudarles a construir su caso para la adaptación de los Mandamientos divinos.
         Pero la tercera opción no tiene en cuenta que Ellen White no aconsejó que el hermano Tay sea ordenado para poder hacer una obra más grande. Más bien, en una circunstancia tan extrema, ella indicó que la obra puede y debe avanzar sin ordenación. No ordenar mujeres no impedirá la obra de Dios, porque la ordenación no es necesaria para que alguien pueda trabajar para Dios.
        
         La tercera opción sostiene,
         “El hecho de que casi todos están de acuerdo en que las mujeres pueden realizar un papel principal de liderazgo espiritual en determinadas circunstancias (por ejemplo, como sucede actualmente en China), es importante.”
         Sin embargo, aquí debe hacerse una distinción importante, que la tercera opción no quiere reconocer. Cuando un padre está ausente de la casa, y la esposa y madre debe asumir la posición primaria de liderazgo espiritual, esto no hace de ella ni padre, ni sacerdote de la casa. Del mismo modo, si bien es cierto que ciertas circunstancias pueden requerir a las mujeres llevar, “un papel principal de liderazgo espiritual” en la Iglesia, de eso no se deduce que también tienen que ser ordenadas en el oficio bíblico de anciano/pastor.
         El ejemplo de China no es comparable, ya que esa zona no está en un territorio organizado de la Iglesia, y por lo tanto, no puede ser gobernado por la política oficial de la iglesia. Sin embargo, existen actualmente áreas oficiales de la Iglesia a nivel mundial, donde las circunstancias son similares a las existentes en China. En esas áreas, donde a menudo no hay hombres calificados, las mujeres sirven admirablemente como “líderes” no ordenados de la Iglesia para proveer dirección y liderazgo a las congregaciones locales. Los ministros [pastores] ordenados visitan periódicamente las iglesias en esas zonas, para oficiar los bautismos y las celebraciones de la Cena del Señor, así como presidir reuniones de trabajo en los casos que implican la disciplina de la Iglesia. Esta disposición se adapta a las necesidades locales, sin sacrificar la fidelidad a las calificaciones bíblicas de anciano/pastor.
         La tercera opción, mientras que con razón, señala que las circunstancias pueden llamar a una mujer a servir como líder de la iglesia local, no puede dar ninguna razón necesaria para que una mujer sea ordenada como anciano/pastor.
         Su “adaptación” de las Escrituras, por lo tanto, parece que no se basa en una auténtica necesidad, sino muchísimo en las “preferencias personales”, que la Palabra de Dios nos advierte evitar.

E.G.White y el hno. Tay

[Porque Pitcairn, una remota isla en el Océano Pacífico Sur, se encuentra a 3.500 millas al noreste de Nueva Zelanda, no se sabía cuándo un ministro ordenado podría ser capaz de visitar la isla. De hecho, no fue hasta cuatro años más tarde, cuando fue construido el barco misionero Pitcairn, que los Adventistas pudieron volver a la isla, y dos ministros ordenados, los ancianos E.H. Gates y A.J. Read, "bautizaron y organizaron una iglesia de 82 miembros y una Escuela Sabática de 114 miembros" (06 de diciembre 1890, “Pitcairn Island”, Seventh-day Adventist Encyclopedia, 2nd rev. ed. [Hagerstown, Md.: Review and Herald, 1996]).
           Ellen White escribió en retrospectiva:
           “Cuando los hombres salen con la carga de la obra y traen almas a la verdad, esos hombres son ordenados por Dios, aunque ellos nunca tuvieron parte de la ceremonia de ordenación. Decir que ellos no deben bautizar, cuando no hay nadie más, está mal. Si hay un ministro [pastor/anciano] cerca, de acuerdo, entonces ellos deberían buscar el ministro ordenado para hacer el bautismo, pero cuando el Señor trabaja con un hombre para traer un alma aquí y allá, y ellos no saben cuándo llegará la oportunidad de que esas preciosas almas pueden ser bautizados, ellos no deben preguntarse sobre el asunto, ellos deben bautizar a esas almas.”]
Lo qué vas a elegir, puede ser tu destino eterno
         El siguiente artículo:
“Considerando que la ordenación de mujeres es una excepción al modelo bíblico del liderazgo masculino, vamos a “dejar nuestras hermenéutica y teología sin compromisos”.

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