jueves, 19 de febrero de 2015

La "Nueva Luz" del Feminismo en Gálatas 3:28 (parte 2)






¿Qué tipo de igualdad enseña la Biblia? Parte 2

         La Ideología Igualitaria
A pesar de su aspecto preocupante, el movimiento feminista continua ejerciendo una influencia enorme en las iglesias Cristianas, efectuando campañas masivas para la anulación de los roles distintivos entre géneros.
El motivo por lo cual tuvo y sigue teniendo este éxito entre las iglesias cristianas, es su aparente preocupación por la igualdad y libertad, y la confusión con la ideología aún más extendida llamada, igualitarismo.
         El igualitarismo radical, afirma que todos los seres humanos son iguales, y como tal, deberían hacer las mismas cosas y tener las mismas funciones en una larga variedad de esferas. Como consecuencia, las diferencias entre personas, ordenadas por Dios, deben ser abolidas (eliminadas).

         Nuestra cultura contemporánea, ha recibido una gran influencia del pensamiento (la mentalidad) igualitario, que empezó con el racionalismo y el igualitarismo, expresados en la Revolución Francesa (1789). Debido a que la Rev. Francesa ha destronado al Dios de la Biblia y ha entronado a la diosa Razón,  las diferencias que Dios ordenó entre hombres y mujeres, ya no eran consideradas oportunas para la mente igualitaria.
         El igualitarismo protesta contra la explotación de los derechos resultados de las diferencias entre los seres humanos como; ricos y pobres, hombres y mujeres, negros y blancos, educados e ignorantes, etc. Pero su intento de rectificar los abusos diferenciales, va mucho más lejos cuando proponen anular todas las diferencias, y sugieren que la plena igualdad significa, igualdad en todos los sentidos.
         Conforme al igualitarismo radical, es injusto que alguien tenga autoridad sobre otro, o tener más poder, dinero, o influencia. Sacando una conclusión lógica, el igualitarismo  argumenta que los que, de alguna manera sobresalen y brillan, deberían de alguna forma ser transformados, o moldeados, de tal modo, que se parezcan con la multitud (el populacho), sin que nadie se sienta inferior.
         De este modo, el comunismo (Marxismo), envuelve esta ideología radical, en el intento de hacer a los pobres, iguales a los ricos. El feminismo bebe también de la fuente igualitaria buscando hacer la mujer igual al hombre en todo el sentido. Y al igual que la ideología feminista busca “limpiar” la noción de “género” y los “roles sexuales” en el matrimonio y la iglesia, la teología homosexual también busca igualdad entre los homosexuales y heterosexuales descartando la identidad sexual.

El Igualitarismo Feminista    
         El igualitarismo feminista es seductivo debido a que construye en algo cercano de la verdad Bíblica y luego empieza distorsionarlo. La igualdad en ser y valor (igualdad ontológica) es una clara enseñanza Bíblica, que afirma que todos los seres humanos –hombres y mujeres- tienen una posición igual delante de Dios, como seres creados, pecadores que necesitan de la Salvación mediante Cristo y como pueblo llamado al mismo destino. Las evidencias bíblicas para esta igualdad nos enseñan que:
los dos, “hombre y mujer”, han sido creados “en la imagen de Dios” (Génesis 1:27; Mateo 19:4; Marcos 10:6);
los dos han sido redimidos por Cristo Jesús, así que “en Cristo” no hay, “ni hombre, ni mujer” (Gálatas 3:28);
los dos son “coherederos de la gracia de vida”. (1ªPedro 3:7).

En ninguna parte de la Biblia se desprecia a la mujer otorgándole un estatus de segunda clase, o se los hace a los hombres superiores y a las mujeres inferiores. Afirmar el contrario es malinterpretar las enseñanzas Bíblicas y ofender el carácter de un Dios lleno de amor, el cual ha creado a Eva para ser, una “ayuda idónea”, una compañera “adecuada” o, “apropiada” ,para Adán. 
         Ellen White es inequívoca:
Cuando Dios creó a Eva, Él designo que ella no debe ser ni inferior ni superior al Hombre, sino igual en todas las cosas.” (3TI, 484).

De este modo el Cristianismo bíblico enseña la igualdad entre hombres y mujeres, delante de Dios. Mientras que el igualitarismo feminista accede a esta verdad, pero sin reconocer la verdad complementaria sobre las diferencias y los géneros (masculino / femenino), y sobre la distinción de roles (de funciones).

Como se hará claro más adelante, la Biblia es inequívoca en que la igualdad entre hombre y mujer sólo puede ser aceptada en el entorno de las diferencias de género entre hombre y mujer, diferencias que indican claramente que han sido creados para complementarse uno a otro, complementariedad que indica también las diferencias entre ellos.

Por lo tanto, el asunto de ordenación de mujeres, no es una cuestión de si las mujeres y los hombres son iguales. La Biblia, confirmada por el Espíritu de la Profecía, ya han resuelto el problema. Las mujeres y los hombres son iguales; ni inferiores, ni superiores uno a otro.
El tema real aquí es si la igualdad entre varones y hembras cuadra con la diferencia de roles. ¿Manteniendo la igualdad entre los seres humanos, ha asignado la Biblia un rol de líder/cabeza al hombre, y uno de soporte, a la mujer?

La Obsesión con la Igualdad
Muchos han abrazado la ordenación de mujeres, debido a que han recibido
indiferentes, las doctrinas igualitarias feministas, mediante campañas para “sensibilizar”, para la “equidad en el mundo”, sin comprender la verdadera naturaleza de este falso mensaje respecto a la igualdad entre hombres y mujeres.

         Un audaz erudito evangélico, nombra la obsesión Americana con la igualdad como, “el gran allanamiento instintivo” [nivelación de los instintos], que “es criado en la ideología igualitaria radical, presente hoy, bien profundo, en el corazón de las iglesias evangélicas.” Exponiendo las palabras de Alexis de Tocqueville que “los Americanos son tan enamorados de la igualdad, que prefieren antes ser iguales en la esclavitud, que desiguales en la libertad”, él apunta sobre la inconsistencia de los que han abrazado la ideología del igualitarismo. Él escribe:
          “A menudo he observado que en el medio del fervor igualitario que envuelve las iglesias buscando establecer la “plena igualdad” entre sexos, no oímos una queja paralela para la “plena igualdad” entre profesores y alumnos, o entre padres y sus hijos.”
         Y continúa:
         “De algún modo, las madres que son “niveladas” (iguales) en el matrimonio, no son “niveladas” en asuntos de padres; más bien, las madres que luchan para el derecho de decir “no” a sus  maridos, piden a que sus hijos e hijas les digan “si” a ellas, y acudir sin retraso a sus órdenes de limpiar la mesa, remover cosas y llevar la basura.
         De igual modo, los profesores que niegan la autoridad de los maridos sobre sus esposas, inician movimientos de reformas y se desnudad de sus “atavíos” doctorales y profesorales. Aparentemente ciegos frente a la variedad de “ropa” y formas de autoridad, siguen despreocupados en graduar [hacer diferencias] los exámenes y los progresos de sus estudiantes para acordarles las distintas diplomas.” (Timothy B. Bayly, "Shepherd's Pie: The Idol of Equality" [La Tarta del Pastor: El Ídolo del Igualitarismo]).

         Lo de arriba demuestra que los abogados del igualitarismo, no comprenden plenamente la verdadera naturaleza de la igualdad. Voy a ilustrar esto:

         La Verdadera Naturaleza de la Igualdad
         La Declaración de Independencia de los EEUU declara:
“Creemos firmemente y sin equivoco que todos los hombres [los seres humanos], son creados iguales.”
Este profundo pensamiento puede ser a la vez, verdadero o falso, dependiendo que queremos decir con “iguales”. ¿Significa esto iguales en todos los sentidos? Quiere decir la Declaración que por ejemplo, todos los hombres pueden jugar baloncesto como Pau Gasol, predicar como Esteban Bohr, y escribir como Miguel de Cervantes [el autor del artículo está nombrando personalidades que para los españoles son desconocidos, pero en EEUU son  muy populares]. ¿Qué es exactamente lo que quieren ellos decir cuando afirman que dos entidades son iguales?

         Una ilustración va a clarificar el asunto. Supongamos que un chico de 7 años pregunta a su padre, “¿Es una taza de harina, igual con una taza de azúcar?” El padre enfrenta un dilema. Si su hijo quiso decir, “¿Tiene una taza de material granular (harina), el mismo volumen que una taza de otro material granular (azúcar)? La respuesta es, sí. Pero si el niño quiso preguntar, “¿Puedo poner una taza de azúcar en el recipiente de una taza de harina, por ser iguales?” Entonces la respuesta es, no. Una taza de azúcar y una taza de harina son iguales en algunos sentidos, pero no lo son en otros. En otras palabras, la afirmación de que una taza de azúcar y una de harina son iguales, es válido y real dándonos la posibilidad de comprender como pueden ser “iguales” dos entidades distintas.

         En su excelente trabajo, “Speaking of Iguality: An Analysis of the Rhetorical Force of Equality in Moral and Legal Discourse, Peter Westen apunta que para llamar a dos cosas iguales uno debe tener por lo menos:
         Dos entidades distintas;
         Un instrumento de medida;
         Una norma común.

         Vale la pena incluir la definición de la igualdad representativa citando a Westen:
La igualdad representativa es la relación entre dos o mas cosas distintas, que han
sido mesuradas juntamente según una norma en vigor y encontrados a ser indistinguibles, o idénticas,  según la medida de esa norma. Las cosas que son iguales según un estándar, son inevitablemente desiguales según otro, y viceversa. Por consiguiente, la lógica nos dice que las cosas de este mundo que nosotros podemos medir no son o iguales, o desiguales, sino que son, iguales y desiguales.”

         Respecto al ejemplo de arriba, podemos concluir que, si el estándar común utilizado en la ilustración con la taza de azúcar/harina, es el volumen, las dos tazas son iguales. Por otra parte, si el estándar común, es la substancia [el material], las tazas no son iguales. Del mismo modo, si la Declaración de Independencia es artística, atlética, y de habilidad oratoria, entonces todos los hombres no son creados iguales. Si, no obstante, el estándar es, los derechos delante de Dios, entonces todos los hombres son creados iguales. [la palabra “hombres” de la Declaración de Independencia, en inglés, se refiere a los seres humanos – hombres y mujeres].

         De hecho, para evitar la confusión, la Declaración clarifica el término “igualdad” insertando una serie de cláusulas:
         “que ellos son dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables, entre las cuales, la vida, la libertad, y búsqueda de la felicidad” [que hoy ya no respetan ni los americanos, ni los españoles, ni tampoco otro gobierno del mundo].
         La igualdad comprendida por los firmantes de la Declaración, significa simplemente que todos los seres humanos tienen unos derechos inalienables determinados por Dios.

         Así que es crucial que antes que afirmemos que dos cosas son iguales, clarifiquemos los estándares de comparación. Aun dos billetes de un dólar son iguales según un estándar (el valor), y desiguales por otros estándares (color, año de edición). Por ende, es totalmente erróneo y confuso, afirmar que dos cosas son iguales sin delinear claramente el estándar de comparación.
                           
         Así que, la retórica igualitaria feminista de, “plena igualdad”, que elimina todas las diferencias entre géneros, falla comprender la sabiduría de las palabras de Aristotel:        
         “La peor forma de igualdad, es intentar hacer las cosas desiguales, iguales.”

         Este es precisamente lo que los adeptos para ordenar mujeres proponen, en su intención de forzar la interpretación de Gálatas 3:28. 
                  
Fin parte 2

[Creo que es el momento de aprender cómo en nuestra actual sociedad, la ignorancia, es la meta hacia la cual está empujado cada día el público “espectador” (los que miran y reciben hipnotizados e indiferentes la “información mediante la tele y demás medios de comunicación). Para saber cómo actúa la Estrategia de Manipulación en Masa, os aconsejo leer “Los 10 Estrategias de Manipulación Mediática” aquí]

traducido por
claudio popa
12/02/2013

1 comentario:

  1. ¡Muchas gracias por traducir este material! La biblia nunca será ofensiva para el que la lee bajo la conducción del Espíritu. Yo soy mujer pero el feminismo me repele, algunos de sus argumentos, además de anti-bíblicos, son anti-biológicos y anti-sentido común.
    El pastor Pipim se ganó mi admiración desde que leí su genial libro "Recibiendo la palabra", pero hasta ahora no había encontrado ningún otro material suyo en español. ¡Gracias!

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